Ahi estamos a veces. Supongo que no somos mas que dos imbeciles conviviendo, casi a la fuerza.
Me mira, y cual maestro Panglos, dice: Tu problema no es el olvido, porque en el fondo sabes que por ahi no viene la mano. Ha de ser esa cuestion de valor, de valorar.
Se recoge la barba con la mano, y la acaricia cual cobayo regordete. Se supone que es el inteligente.
Y ami. Ami esas cosas se me olvidan en arranques. Mis ataques no me tienen como unico objetivo, pero la omicion a eso nos lleva.
Y la felicidad?
Patrañas. Ya todos se van a olvidar de ello, maestro.
El maestro se enoja, suelta la barba, se contiene.
Agita la cabeza a un lado y al otro. En sus ojos puede leerse el desagrado poe el comentario.
Abriendo las manos, me entrego a la replica. Que dije ahora?
El maestro se transforma, como para que la herida sea certera, y dice: Sabes que, no tiene sentido, es siempre lo mismo. Sos un pelotudo.
Maestro, deberia decirle cosas, pero las gastritis no se adquieren por dialogos, sino por la ausencia de ellos.
Hace 2 meses
3 comentarios:
brain storm...solo eso
y se necesita de un maestro para que reaccionemos? tengo muchos maestros entonces... :B
deberias haberle pegado en el estomago como para que se ubique un toque (?)
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