Como la que tengo adentro, pero escrita. Palpita un poco menos

Me mira, le brillasn los ojos. Agarra el picaporte con la estupida ilusion de que la puerta abrira.
No soy tan estupido como para no cerrar con llave y guardarmelas en el bolsillo. Me acerco de a poco, mirandolo fijo. Los gritos no me van a detener, ni los tuyos ni los de nadie.
Siento que me cuesta mover la cabeza para los costados, siento crujir los nudillos y esto se pone bueno.
Quiero que te mueras. Te quiero matar con mis manos y sentirlo. Disfrutarlo.
Al ritmo de los latidos de mi violencia, se me acaba la carrera, a un metro de distancia le lanzo la primer patada, que le aterriza justo en la entrepierna, dando la escena perfecta para la serie de rodillazos que me hacen sentir como revienta su nariz en mi rodilla. La marca de la sangre promete ser indeleble.
Al grito de ¡Que mal señor, a usted le parece! me dispongo a seguir pateandolo, aunque este en el piso. Lo hago.
Ay dios, como me hierven las venas, que bueno se siente esto.
Con las dos primeras patadas, se queda sin aire, la cabeza pierde fuerza, los musculos del cuello pierden consistencia, y termina con la nariz en el charco de su propia sangre.
¡No te ahogues! le grito, y para sacarle la cara del enchastre, lo acomodo con una sutil patada a la boca.
Oh señor, como sangra este cristiano. Gracias por este momento.
Parece intentar tocer, pero mi objetivo es claro y conciso. Te quiero ver muerto, me escuchaste?
Y vuelvo a mi labor.
Velvo la cabeza. aunque este mal, voy a seguir. Aclaro las cosas.
Un hombro con cada rodilla, el peso de mi cuerpo le oprimira el pecho, solo hasta que yo lo crea necesario. Aprochando la indumentaria, le pongo sus propios anteojos, y me encargo de que me vea. Mientras puede.
Agarrandole el flequillo con la mano izquierda, espero que me vea a la cara, porque lo peor todavia no empezo.
La derecha, libre, tiembla pidiendo accion. Alla vamos.
Con el primer golpe, el vidrio izquierdo se parte en 8. El tiene dos partes dentro del ojo. Yo tengo una en un nudillo, como arde, carajo!
No vamos a parar, porque seguis vivo, y todavia pareces una persona, se entiende viejito?
Lo que le qeda de parpado despues de la serie de golpes, no creo que le sirva. Al otro ojo lo vamos a trabajar con el talon. Esta es una imagen prometedora.
No fueron mas de ocho golpes. Por fin dejo de pedir por su hijo, por su vida y por favor.
De tanto en tanto le pateo las costillas, para ver si todavia se mueve.
Efectivamente, asi que seguiremos.
Escuchame! ¡cerra la mano!
Y cuando la cerro, la pise cual cucaracha de sotano. En mi vida habia escuchado los guesos de una persona tronar de tal modo. Cuanto mas se retuerce, mejor me siento.
De cuando en cuando vuelvo la cabeza. Me cuesta conmoverme.
Aprovechando lo glorioso de los borcegos, sigo cayendole de a patadas, cada vez mejor repartidas, para distribuir el dolor.
finalmente y mirandole a los ojos, girando la cabeza; tomo la garganta con una mano y empiezo a presionar. Siento como me corre la sangre por la mano, entre el dedo indice y el mayor, que cada vez se acercan mas a estar dentro de su cuerpo. Abrio la boca para tomar el ultimo suspiro. Dicen que lo ultimo se pierde es la esperanza.
Termine mi trabajo. Me levanto, giro y me quedo parado un segundo. encogido de hombros digo: Lo unico que queria era demostrar un punto.
Lo unico que veo es panico, rechazo y lagrimas. Una lastima, porque fue un momento tan grato.
Saco las llaves del bolsillo, salto los restos del señor, y tras dos vueltas de llave, dos pisos de escalera y dos puertas, estoy en la calle.

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